viernes, 26 de noviembre de 2010

El ROMANTICISMO de Dolores Veintimilla de Galindo

Escrito por: María José Cevallos

A medida que el tiempo pasa, nuevos estilos se hacen presente en el medio artístico, en este gran mundo de la literatura, existe una necesidad por parte del escritor de mostrar una realidad o una forma de sentir siempre bajo una perspectiva subjetiva, es por eso que para el siglo XIX una nueva tendencia literaria procedente de Europa aparecía en América Latina (aunque con pronunciada dilación), siendo esta precisamente una reacción contra el neoclasicismo; este mismo era lo que se conoció como Romanticismo y que hasta días actuales sigue vigente en la literatura.
Esta inclinación literaria, se la presumió dividir es dos facetas en lo que corresponde a Hispanoamérica; el romanticismo social y el romanticismo sentimental. Algunos escritores como Esteban Echeverría, José Mármol  y Jorge Isaacs figuran como promotores de  mencionadas tendencias literarias.
En Ecuador Juan León Mera y Juan Montalvo parecen ser nombres muy eminentes al momento de hablar de romanticismo. Ellos lograron ser considerados como los precursores de este género con obras como “Cumandá” y “Ensayos”, respectivamente.
No obstante, existió todo un lucido grupo de escritores ecuatorianos como Numa Pompilio Llona, Miguel Riofrío y Julio Zaldumbide que fueron el núcleo para que se los pueda considerar  toda una generación de escritores.
Individualismo, el vivo sentimiento, la naturaleza, el inconformismo y demás temas afectivos de distintas connotaciones se encuentran presente en las vastas obras del romanticismo.
Es necesario mencionar la importancia que cada uno de estos escritores tuvieron mediante las obras que dejaron, sin embargo, para este reciente artículo tomaré muy  en cuenta el nombre de Dolores Veintimilla de Galindo. Formó “La primera familia cuencana”, en 1854, que consistió en una congregación de escritores cuencanos, los mismos que llevaban una formada actividad cultural. Las circunstancias que en la vida de esta poeta quiteña se presentaron parecieron ser el pincel que fielmente pintaría su angustiosa vida amorosa. Los versos uno tras otro nacían bajo el manto de una profunda insatisfacción sentimental engendrada por la falta de fidelidad por parte de su esposo. Ciertamente esta  situación fue una clave que originó aún más aquella sensibilidad que llevaba dentro de si. A esta realidad se le agrega su miserable situación económica y las calumnias que se levantaron contra ella. Esto sustancialmente, la llevo a dirigirse paso a paso a su última morada, puesto que tras una presión y un hundimiento espiritual interminable tomó la decisión de suicidarse, no antes dejando una carta a su madre.
“Perdón una y mil veces…No me llore. Le envío mi
Retrato, bendígalo; la bendición de una madre
Alcanza hasta la eternidad. Cuide de mi hijo y dele un
Adiós al desgraciado Galindo. Me he suicidado…”.

En su obra poética la presencia de angustia se convertía en la dueña de cada uno de sus versos, siendo estas líneas los más íntimos testigos de su irreversible frustración ante todo.

¡Oh! ¿Dónde esta ese mundo que soñé
allá en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que en mi mente orlé
De blancas flores?... ¡Todo fue quimera!

Demás obras poéticas como “Mis Visiones”, “Mi vigilante mirada”, “No más quebranto”, “A mis enemigos”, “Anhelo”, “Sufrimiento” son una muestra de ese deprimente vivir .Sin embargo una de las obras que mas relevancia tuvo es “Quejas”, siendo este mismo el que de mejor manera cristaliza el inmortal espíritu de un ser romántico.

jueves, 25 de noviembre de 2010

CEMENTERIO DE GUAYAQUIL: patrimonio cultural y su arte esculpido en marmol

Majestuoso a simple vista con su color blanco predominante y a las faldas de nuestro querido cerro del Carmen, el silencioso cementerio de Guayaquil va más allá de sus límites de camposanto convirtiéndose así en un magnifico museo donde la escultura se mezcla con la historia. 
Al atravesar sus puertas, una ciudad independiente se devela, se desnuda ante nosotros, mostrándonos su  arte  imponente y vivo.
 Declarado patrimonio cultural de la nación en el 2003 y también reconocido como  uno de los mejores cementerios de Latinoamérica,  nace en 1814 cuando el corregidor de la ciudad vasco y pascual decidió el establecimiento del cementerio, eligiendo el sitio donde había existido mucho tiempo atrás una cruz y una piedra toscamente esculpida que decía estar enterrado allí Manuel de Estacio, quien fue uno de los fundadores de Guayaquil. Se eligió un terreno al pie del cerro cercándolo de estacas incorruptibles, dividida el área en dos secciones por una calle central de piedra, al fondo una capillita y el todo asegurado por una puerta fuerte y bien cuidada. 
Es así como este fastuosa necrópolis se levanta;  nace con la sociedad guayaquileña que mezclada con sangre europea da diferentes tintes a este establecimiento donde los muertos son razón para dar a luz arte e historia. Palmeras, acacias, algarrobos, cubren a la ciudad blanca dando sombra a las almas que se esconden en el más allá y su ostentosa puerta principal reza la siguiente leyenda: ‘hic novae porta est’ cuyo significado en español se traduce a ‘ esta es la puerta a una nueva vida’ reflejando la paz y el refugio encontrado detrás de la misma.
Pero que hace de este cementerio- que por cierto es el más antiguo de la ciudad- un patrimonio? Sin ninguna duda la belleza de sus tumbas que se engalanan con los mejores estilos artísticos dejándonos así un legado cultural valiosísimo. Doncellas que ensombrecen su rostro con el lamento de alguna perdida, niños que dirigen su mirada al cielo con esperanza , ángeles y querubines cuyas alas se expanden libremente y quieren alzar vuelo, jóvenes que con su mirada profunda y suplicante se sientan a esperar eternamente, hombres postrados suplicando el perdón por algo cometido, mujeres que con sus hermosos mantos se acuestan  a descansar  con sus manos entrelazadas; son los retratos perfectamente perfilados en piedra  que se erigen sobre los sepulcros desbordando suntuosidad.
Pequeños palacetes, templos y capillas incrustados con blancas cruces enormes, figuras de Cristo con sus redentores brazos abiertos, caminos que son guiados por columnatas en su mayoría corintias, escaleras que conducen a magnificas criptas al aire libre, monumentos de carácter desafiante que yacen en algunos mausoleos;  todas estas obras construidas en mármol, ingrediente que toma el protagonismo del lugar.
Los estilos que se dan en las mismas no se ajustan a un periodo: el neoclásico, gótico, barroco, renacentista y modernista son las escuelas que predominan y se mezclan en el cementerio; al menos en la parte de 1,5 hectáreas que corresponden a la parte declarada patrimonio nacional.
‘Tanta elegancia para la muerte’ son algunos de los comentarios que se escapan por ahí cuando  refiriéndose al general de Guayaquil. Y es que debe ser así porque aquí se encuentran algunos de los personajes más sobresalientes de la historia de nuestro país: próceres de la independencia, ex presidentes, historiadores, poetas, escritores tal como Víctor Emilio Estrada, Eloy Alfaro, julio Jaramillo, Jaime Roldos aguilera, José Joaquín de Olmedo, Vicente Rocafuerte, Pedro Carbo, Dolores Sucre entre otros.
El cementerio general de la perla del Pacifico es sin lugar a dudas digno de ser visitado, es un legado que se convierte en un ejemplo representativo del arte en nuestra ciudad. Valiosísimo entonces su titulo de patrimonio cultural de la nación.





por Adriana L. Bernal 


viernes, 19 de noviembre de 2010

INCENDIOS Y PESTES DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL

Katherine Tello R.

Los incendios en Guayaquil fueron tantos y tan continuos en ciertas épocas de la
Colonia, entre los más terribles, dejando constancia de sus secuelas y las consecuencias que de ellos registra nuestra historia.
A continuación se menciona algunas de las fechas en la que pasaron estos acontecimientos.

1583: Se pierde la mayor cantidad de casas.

1592: Fue muy grande aun cuando se ignora el número de casas quemadas.

1620: Se incendiaron 84 casas.

1624: Es atacada e incendiada por el pirata Jacques L´Heremite Clerk.
1632: Arden más de 100 casas, se pierden las mejores construidas hasta ese
entonces (este incendio acaba el Guayaquil de la punta del Cerro Santa Ana).
Milagrosamente se salva parte del archivo municipal.

1636: Se quema lo poco que quedaba en pie incluyendo el hospital San Juan de Dios.

1678: Se quema todo el barrio de las Peñas y otra vez el templo de San Francisco.

1687: Los corsarios invaden Guayaquil y sin querer la incendian, al prenderse fuego en una barraca que ocupaban.

1693: Se incendian 40 casas, lo que hace decidir a muchos vecinos su traslado a ciudad nueva.

1707: Primer voraz incendio en Ciudad Nueva; se quemaron 130 casas y varias tiendas.

1764: Se quemaron 200 casas principales, quedando sin hogar la octava parte de la población, para solo tres meses después, (el 10 de noviembre) incendiarse las 151 casas que conformaban el núcleo más importante de la ciudad.
Vale la pena recordar que Guayaquil hasta1693 era una pequeña población que cubría
los cerros Santa Ana y el Carmen y que no va más allá de la calle Loja, para percibir
con claridad los brutales estragos que causaría cada incendio de los que aquí se
nombrarán hasta el año mencionado.
Este gigantesco incendio, conocido como "El Fuego Grande" generó un gran éxodo, al
punto que casi desplomó la ciudad (sólo quedaron algo más de 4,000 habitantes). La
pobreza en que quedó sumida la ciudad tardó mucho en superarse.

1804: Se quemaron cuatro manzanas y el Hospital San Juan de Dios.

1812: Tres manzanas con valiosos edificios.
Las enfermedades y las epidemias fueron parte de los azotes que esta ciudad tuvo que
soportar desde su más temprana edad. Al igual que con los incendios, las fechas más
desastrosas de la historia guayaquileña, en lo que guarda relación con las enfermedades que la afectaron, fueron:

En 1564 llegó Don Hernando Santillán y le tocó observar el desolador cuadro de
los enfermos de (sífilis) que se amontonaban para entrar en el Guayas
debido a que se le atribuían a sus aguas, extraños poderes medicinales (según
dicen, por la abundancia de raíces de zarzaparrilla). Esto generó la fundación por
parte de Santillán, del primer hospital de la naciente Audiencia: "El Hospital de
Santa Catalina".

En 1589 la viruela mata a las tres cuartas partes de la población. En 1667 es afectada la ciudad por una terrible epidemia que la diezmó considerablemente.

En 1709 una epidemia de fiebre amarrilla brota en la ciudad, contagiando a los
piratas de la expedición de Rogers, quienes habían coincidido en invadir
Guayaquil para esos días.

En 1740 aparece la fiebre amarrilla, o mal de Siam.

En 1786 la peste de la viruela (en este caso fue el sarampión), azota a la ciudad

Aún hoy, hay personas que afirman que aquellos incendios fueron provocados por centralistas Quiteños temerosos de una eventual independencia o autonomía Guayaquileña en plena revolución "liberal" Alfarista, celosos del poder que tenía Guayaquil (logrado gracias a su esfuerzo y trabajo constante), muchos afirman que las intenciones de estos incendios provocados fue despojar a Guayaquil de sus bancos, empresas y comercios para alejarlo así de su ETERNA condición de "capital económica del Ecuador" (muchísimas haciendas y sembríos de cacao sufrieron también "misteriosos" incendios), además amedrentarnos y principalmente: "Quitarle la principal fuente de ingresos a Eloy Alfaro cuya revolución era liberal y contraria a las facciones conservadoras ultra centralistas Quiteñas, revolución que estaba enteramente solventada y auspiciada por las familias cacaoteras mas ricas y poderosas de Guayaquil, poseedoras de un firme ideal comercial de libre mercado" (una pequeña idea de lo que fueron las verdaderas intenciones de la revolución Alfarista, intenciones descubiertas y aparentemente reprimidas brutalmente).

Según una de las hipótesis de la época (la más suave), los anteriores incendios, desde 1893, tenían como objetivos principales los comercios y centros bancarios (una especie de contrarrevolución conservadora), pero el provocado en 1896 fue un simple e inocente atentado (puesto que Alfaro ya era presidente), para alejarlo de Guayaquil donde era demasiado fuerte y someterlo al control centralista en Quito, "solo pretendían quemar la casa cercana a la Gobernación y otras casas más para asustarlos y todo era por el bien del Ecuador", pero no contaban los centralistas con su enorme, fabulosa y reconocida estupidez, ni con la dirección del viento pero el resultado fue: "EL GRAN INCENDIO", el incendio más grande en la historia de esta ciudad y del país, el que más pérdidas materiales y humanas causó y por el cual los centralistas no solo mantuvieron su condición de envidiosos y estúpidos, sino que además se ganaron la categoría de “Asesinos y Genocidas”-

domingo, 14 de noviembre de 2010

BELALCÁZAR, RUMIÑAHUI Y LA FUNDACION DE QUITO

BELALCÁZAR
Un humilde arriero y  campesino de España le correspondió conquistar el reino de Quito, sus nombres verdaderos: Sebastián Moyano. Realmente su apellido no es Belalcázar ni Benalcázar, prefirió usar el nombre del pueblito situado al pie del castillo Belalcázar donde nacería. Los que asevera su principal biografía J.J. Caamaño es que fue hijo de unos humildes labradores de Castilla. No aprendió a leer ni a escribir. Moyano dando muerte a un asno a punta de garrote, avergonzado y temiendo el castigo que le esperaba en casa, abandona los asnos, su familia y su pueblo, llegando al puerto de Sevilla, aquí se enrola como simple soldado en la expedición hacia las Indias. Pedro Arias de Ávila, quien le cambiaría el apellido de Moyano por el del pueblo en que había nacido.
En Panamá conoce a Pizarro y luego a Almagro, por orden de Pedrarias, explora, conquista tierras de Centroamérica. La Corona española en reconocimiento a sus servicios le regaló una encomienda y lo nombró Alcalde de León en Nicaragua. A comienzos de 1531, lo invitaron a conquistar el Imperio de Atahualpa, renunciando al cargo, alcanzó a Pizarro en Coaque. Recorrió territorio Manteño y Guancavilca. Llega a Puná, luego explora Tumbes; es uno de los fundadores de San Miguel de Piura (primera población fundada por los españoles en América del Sur); siendo nombrado Teniente de Gobernador. Acompaña a Pizarro a Cajamarca, es testigo y autor directo de la conquista, captura, prisión y muerte de Atahualpa.
Las causas que lo llevaron a Belalcázar a conquistar el Reino de Quito fueron porque los indios en Cajamarca le contaron que al norte se encontraba la ciudad de Quito, capital del Tahuantinsuyo, en el cual había plata, oro, esmeraldas y perlas que superaban el rescate de Atahualpa. También Pedro de Alvarado, brazo derecho de Hernán Cortés, se aproximaba con el propósito de declarar estos territorios que estaban fuera de la jurisdicción y mando de Pizarro y Almagro.
Sin pedir autorización a Pizarro, posiblemente por el mes de noviembre de 1533, abandonaba Piura, en Carrachobamba los españoles fueron bien recibidos por los indios; ascienden luego los Andes y penetran en Loja; en el territorio de Palta le esperaba una emboscada al mando del General Chaquitinta, quien con sus guerreros, al ver que en las llanuras se levantaba polvo y luego de ver a los monstruos (caballos), arrojaron sus armas y dando alaridos de terror se perdieron en los montes y cerros.
Abandonó territorio quiteño para ir en pos del legendario “El Dorado”, fundó en el sur de Colombia las ciudades de Pasto, Popayán y Cali. Murió en la más completa pobreza en Cartagena de indias.


RUMIÑAHUI
Belalcázar sin encontrar ninguna resistencia indígena por Loja, Azuay y Cañar, mas al ingresar en tierras de Alausí se encontró con cuyo principal caudillo fue un indio de Quito, este jefe tenía por sobrenombre Rumiñahui, los soldados de Castilla y los indios quiteños lo conocían como Ruminabi, Orominabi, Rumiñahui es palabra quichua que significa Rumi: piedra y Ñahui: cara u ojo, le decían así por una carnosidad que tenía en un ojo. Se asegura que fue el fruto de Huayna-Cápac con la hija de un Ati de Píllaro, su nombre verdadero como lo confirman sus principales biógrafos el Dr. Enrique Garcés y Gonzalo Rubio Orbe, fue el de Ati Pillahuaso II, era el señor de Tiguajaló y de Píllaro, sus dominios colindaban con los de Llanganatis.
Cuando los cuzqueños invadieron su patria se alistó en los ejércitos de Atahualpa, derrotándolos en los campos de Mocha, Tomebamba, Cusibamba y Jaula. Acompañó luego a la Costa para sofocar la insurrección de los punaés, se dirigió a Tumbes, transmontó los Andes y llega a Cajamarca. Fue testigo de la captura y prisión de Atahualpa y cuando vio a su señor ofrecer a cambio de su libertad un bohío lleno de oro, desaprobó semejante generosidad. Buscó de pueblo en pueblo el apoyo para detener a los españoles, los Cañaris no le hacían caso y este en forma ejemplar los castigó.
Levantó a su pueblo en armas, en los primeros días de Julio de 1534, en el nudo de Tiocajas se enfrentaron Belalcázar con sus tropas contra Rumiñahui y su ejército, luchando durante toda la tarde al mundo de Tucumango Cacique de Tacunga, de Quimbalimbo Cacique de los Chillos y de los Sinches Razo-Razo, Nina y Quisquis que moriría de una lanzada en el pecho, en Liribamba, proporcionada por Huayna-Palcón, hermano paterno de Atahualpa que se resistía a combatir a los hispanos. Los españoles por vez primera saboreaban lo amargo de la derrota, el cerco indígena se estrechaba ya al terminar el día y los españoles ya vencidos, se arrodillaron pidiendo la protección de su apóstol Santiago. De ponto escucharon un ruido profundo que venía de las entrañas de la tierra, era la erupción del dios Tungurahua y para suerte de los españoles, nuestros indios botaron sus armas creyendo que su dios estaba con ira. Rumiñahui ordenó la retirada cavando huecos para inutilizar la ventaja de los caballos. Mas un indio llamado Mayu o Maygua entregó a Belalcázar un croquis que burlaba las trampas de Rumiñahui. En su retirada con dirección a la ciudad de Quito, incendiaron los campos, las ciudades; fueron completamente destruidas, inclusive los caudales de los ríos los detuvieron.
Belalcázar llega a Quito por vez primera en julio de 1543, recibiendo una gran decepción, no encontraron ni oro en sus destruidos palacios y templos. De las quebradas salía olor a cadáver, eran de las Ayllu-Cunas que por el mero hecho de demostrar curiosidad por los blancos, fueron arrojados a precipicios. Belalcázar, ciego de ira, lo persigue por las tierras de Quinche, Cayambe y estando en territorios de Imbabura, le dieron alcance unos soldados españoles que le comunicaron que el Mariscal Diego de Almagro, le esperaba en Riobamba.
Una vez fundada la cuidad de Quito, persiguió con sus capitanes Juan de Ampudia y Pedro de Puelles, a sol y sombra a Rumiñahui y sus generales; se cuenta que Ampudia persiguió, capturó y quemó vivos a Zopozopangui, Quimbalimbo, Tucumango, Razo-Razo.
Mas la historia nos cuenta que fue capturado en sus dominios de Píllaro cuando unos soldados, Valle y Miguel de la Chica, encontraron en una choza a un indio esbelto. A diario los españoles le torturaban para que declare el lugar donde había escondido los tesoros, este indicaba varios lugares cada vez más lejanos.  
Nuestros indios narran la tradición y la leyenda la cual dice que Rumiñahui al verse perseguido y acorralado en la cima agreste de una montaña y teniendo a sus espaldas un abismo insondable, miró fríamente a los españoles y dando un salto se perdió en las tinieblas del abismo, llevándose el secreto de los tesoros de Atahualpa.
En 1535, moría Rumiñahui, bien sea quemado vivo según unos historiadores o también ahorcado, y con la muerte del caudillo los indios abandonaron sus armas con tristeza y dolor, volvieron vencidos a sus chozas para luego perder tierra, mujeres y dignidad humana.

FUNDACION DE SANTIAGO DE QUITO
Almagro pidió cuentas al arriero de su actitud dictatorial por abandonar Piura; le contaba el tuerto (Almagro) que encontrándose en Vilca (Perú), Pizarro tuvo conocimiento que Alvarado llagaba en son de conquista, es entonces que ordenó que Almagro venga y conquiste para legitimar estos territorios a favor de Pizarro. Entonces proceden a fundar una ciudad ficticia que legalizaba las conquistas efectuadas por Belalcázar, y así, a orillas de la laguna de Colta, en el valle de Cicalpa. Almagro funda la villa de Santiago de Quito el 15 de Agosto de 1543. Cinco días después llegaba a Riobamba Alvarado dispuesto a todo, aunque sea a la guerra civil. Almagro ofreció una indemnización y que los soldados de Alvarado podían alistarse en filas de Belalcázar o Almagro
FUNDACION DE SAN FRANCISCO DE QUITO
Mientras se dirigían al Cuzco para que Pizarro entregue la indemnización, Almagro ordenaba a Belalcázar que en su nombre prosiga la conquista de Quito; le encarga que sobre las ruinas de la antigua capital de los Schyris funde la ciudad de Quito, inclusive el acta de fundación, la constitución misma del Cabildo, las hizo Almagro el 28 de Agosto de 1534. Para el 5 de Diciembre Belalcázar descansó en el valle de Turubamba. Al día siguiente, 6 de Diciembre de 1534, fundada en las faldas del Pichincha y sobre las ruinas dejadas por Rumiñahui, la villa San Francisco de Quito, en honor a su compadre Francisco Pizarro.
Por Darwin Salas Vega

viernes, 12 de noviembre de 2010

CATEDRAL DE GUAYAQUIL

Hacia el año de 1670 -1690 se produce la mudanza de la ciudad vieja a la ciudad nueva, la gente no quería trasladarse mientras no  se cambiara el  santísimo entonces lo que se hizo fue una pequeña iglesia muy  modesta, esta es después construida por el año 1842, esta era la llamada iglesia matriz todavía no había sido elevada a nivel de catedral, lo que tenia era su plaza en frente como toda iglesia, en  esta plaza había una estrella de ocho puntas donde ahora está la estatua de Simón Bolívar. A la entrada de la catedral podemos visualizar una plumilla de este aposento santo de cuando era el  tiempo en que Guayaquil se alumbraba de farolitos alimentados  con aceites de ballenas.
Envolviéndose con la mágica perfección de la belleza en la arquitectura, se prefiere empezar con sus pilares. Si cortamos de forma horizontal los pilares de la catedral de Guayaquil nos podemos dar cuenta que se reflejan dos tipos de cruz, una cruz que señala al norte, al este, oeste y al sur y una cruz en x que es la cruz de San Andrés que según la arquitectura se denominan pilastras  a las que señalan dos tipos de cruces. Al igual que en el parque centenario en esta catedral se representan los cuatro puntos cardinales y los cuatro puntos diagonales, es decir volvemos a recoger el hecho como elemento simbólico al número ocho en la arquitectura religiosa, plazas parques no solo de la colina sino después en la republica, entonces en la parte donde el pilar va terminando, aparecen los arcos góticos, estos arcos son llamados ojivas que se asemeja a la mitad de un ojo.
La iglesia se la termina en la década del 60 al  70 pero se comienza la construir en 1943 este edificio,  después que la anterior estaba muy deteriorada debido a que Guayaquil sufrió aproximadamente 20 incendios y  entre ellos algunos se han ido llevando las antiguas construcciones de la iglesia matriz.
En la década de los 1860 fue llevada a nivel de catedral. Toda iglesia tiene 3 naves en donde la central es la más importante, los diez escalones del altar pertenecen a los diez esplendores de la tradición judía, del altar tenemos al primer escalón que representa la luz, el segundo escalón la sabiduría porque  la luz solo la puedo contemplar desde la sabiduría y el tercer escalón es el entendimiento, porque para contemplar la sabiduría tengo que tener el entendimiento y luego vienen los siete escalones de abajo que vienen a ser como la victoria, la gloria como la belleza o como el triunfo y realización individual, triunfo y realización colectiva, capacidad de ser solidario con los demás, en el altar se distinguen cuatro  columnas  que representan el fuego, la tierra, el aire y el agua que van a estar siempre presentes en las catedrales que han sido construidas por los Frank masones, masón (constructor como albañil y  constructor de un destino de almas, de un pensamiento).  Viendo claramente la estructura de la iglesia se ve claramente a un hombre crucificado el altar es la cabeza del crucificado, incluso el altar es redondo y aquí en la parte primordial se desarrolla la misa, pero el corazón es donde hay más ventanas,  el ábside no está sobre la cabeza sino también sobre el corazón, dando la siguiente representación de un hombre acostado con sus manos extendidas,  con la cabeza en el altar y su corazón esta iluminado x el ábside y así dan nuevamente la medida de de ocho lados mostrando una vez más que este número simboliza un elemento místico.
Luego tenemos los alatares uno de ellos se realizo en 1962,  en el que el Concilio Vaticano resuelve de que  el sacerdote de la vista al público, para dejar aquella costumbre donde el sacerdote oficiaba o daba su misa oficial de espaldas hacia el publico.
Entre su esplendido arte medieval resalta de la forma más digna, el rosetón que en la parte central tiene 8 vitrales y luego tiene 16 vitrales y luego 32 vitrales que son como las 32 vías de la sabiduría de la tradición judeocristiana  es decir los 32 caminos del saber, pues este número significaba santidad, el hombre santo y la mujer santa.
“La Capilla del Santísimo”, el Santísimo era un rincón, una capilla donde siempre ardía una llama y esa llama representaba la gracia, que  era la llama eterna o la gracia eterna, la gente de la edad media y mucha gente que hasta ahora sigue  tomando la costumbre de  entrar y salir de espaldas para no dar su espalda al santísimo,  que  es  la representación de la divino en el ser humano.
Enrique Pachani autor de el altar de la catedral, pero cuando el piso de la iglesia era más abajo se estaban los tres escalones que representaban la  fe, esperanza y caridad luego tenemos el embaldosado negro y blanco, como la vida  y la muerte, actividad y el reposo. La iglesia católica rehízo la copias de algunos cuadros celebres como la transfiguración de Cristo de Rafael. Rafael solo alcanza a pintarla  hasta la mitad del cuadro y luego muere pero sus  discípulos pinta la parte de abajo cuando Rafael estaba,  agonizando a los 33 años pidió que le traigan su cuadro. También está la momia de un sacerdote momificado que se considera que murió en olor de santidad
En la colonia la gente que tenía cierta posición económica buscaba enterrarse en las iglesias y particularmente en el altar porque así las oraciones llegaban más rápido y así se iban más rápido al cielo pero los que no tenían dinero eran enterrados más lejos y a esa distancia no llegaban las oraciones por eso es que mucha gente pagaba por enterrarse debajo del altar.
Actualmente están destinados a los miembros del clero o una persona que ha hecho una contribución o una ayuda muy especial para la iglesia
En toda iglesia antigua la entrada era de oriente hacia occidente, en la parte norte las estaban las dignidades más representativas la ubicación del coro estaba a la altura sobre un balcón dando el carácter de altura. Para la arquitectura uno tiene que callarse para que la gente la viva y la disfrute porque  no hay palabra para describirla.
En la fachada se puede ver tres pisos en el primer se puede visualizar el león que representa el osar que simboliza el atreverse el fuego, el águila que representa el callar, luego tenemos el hombre o el ángel que representa el saber y luego está el toro que representa la voluntad la fuerza del querer porque  en la vida hay que osar, callar,  querer, saber. Esta iglesia esta dedicada a San Pedro porque a Pedro fue a quien le dieron las llaves de la iglesia.
Los mismos elemento que se encuentran en la puerta se los van a encontrar en su portada, está San Mateo que esta con el libro que es el saber, Juan que es el callar,  Lucas y Marcos todos ellos representa el osar, callar, saber y querer.
En el vitral que está debajo del reloj se puede observar que hay una cruz de cuatro brazos iguales, la misma cruz se la va a encontrar en el pecho de la virgen de la Merced de la iglesia de Santo Domingo, esta se encuentra coronada por una especie de turbante árabe porque resulta que España  estuvo colonizada durante siete siglos por los árabes entonces esa es la representación de la unión del islam con el cristianismo y la torres de la iglesia representan una elevación hacia el infinito y para finalizar sus tres puertas representan las tres maneras de entrar hacia la realización divina, la puerta del amor la puerta de la justicia y la puerta de la misericordia.

by Saray Briones

jueves, 11 de noviembre de 2010

LA MÚSICA

En el Ecuador prehispánico los instrumentos musicales eran de tres tipos: de viento  (flauta, rondadores y conchas de caracol), de percusión (tambores) y de cascabeles y campanillas. Los españoles introdujeron los instrumentos de cuerda que con el tiempo fueron incluidos en la tradición nacional: guitarra, violín, bandolín, charango, arpa criolla. Es probable que el acordeón y el rondín fuesen introducidos en el siglo XIX.
Actualmente, la apertura hacia otras culturas ha traído como consecuencia que en el Ecuador se utilicen distintos tipos de instrumentos para tocar música antigua y moderna.
Música Tradicional
Dentro de los tipos de música tradicionales del Ecuador se encuentra el “yaraví”, que usualmente se canta en quichua.
El género musical más frecuente es el “sanjuanito”, uno de los bailes más populares del Ecuador. Los “sanjuanitos” pueden ser instrumentales o vocales y es el ritmo favorito de la mayoría de grupos folclóricos del país.
Albazo, albacito: probablemente uno de los primeros géneros musicales mestizos. Significa alborada .Designa al baile y música de la madrugada que incluye todos los elementos de festejos, típica de las celebraciones religiosas. Juan Agustín Guerrero Toro (1818-1886), es uno de sus compositores. El ritmo del albazo es similar al del yaraví aunque difiere en el tipo de movimiento, el “allegro” en este caso.
Aire Típico: pertenecen a el los compositores del genero popular, de carácter alegre, suelto y de tonalidad menor. Música de los mestizos del Ecuador. Su origen estaría en la región norte del callejón interandino y de las raíces de la música indígena ejecutada en arpa. Muchas personas identifican a este género con el nombre de “cachullapi”, pero hay opiniones entendidas que niegan esta identificación. Entre sus compositores figuran Nicasio Safadi Reves (1897-1968) y Carlos Rubira Infante.
Alza que te han visto, alza: baile mestizo del Ecuador. Alcanzo popularidad en el siglo XIX. Juan Agustín  Guerrero recogió la primera partitura conocida en 1865 registrada en la ciudad de Guayaquil. Originariamente era una danza cantada que no tenía versos propios sino que los cantores iban creando aquellos que les parecía más  convenientes para el momento.” El alza se caracteriza por  sincopadas y contratiempos. Eran  acompañadas por el arpa y la guitarra.
Capischa: Música y baile mestizo del Azuay. Otro ritmo ecuatoriano importante, es la música afro esmeraldeña. Interpretada en marimbas fabricadas con madera de chonta y acompañadas de tambores, este tipo de música sirve para acompañar el popular baile de la “caderona”.
El pasillo: “baile de pasos cortos” es probablemente una “adaptación del vals europeo, que surgió en el siglo pasado en los territorios de lo que fue la Gran Colombia. Se puede distinguir un pasillo lojano, cuencano, quiteño y costeño. Música de tono melancólico, acompañada de guitarras las letras de algunos pasillos celebres han sido tomadas de los poemas del grupo de “La Generación Decapitada” y de otros autores románticos de este siglo .El cantante guayaquileño Julio Jaramillo tiene una importancia excepcional en el desarrollo del pasillo. Es considerado en “El Ecuador como el más grande cantante de todos los tiempo, ídolo en varios países y cuya fama estuvo en continentes”. En la década de los treinta, el pasillo salta a la fama con el dúo “Ecuador” integrado por Nicasio Safadi y Enrique Ibáñez Mora, quienes grabaron discos por primera  vez en New York. Los pasillos más destacados son: “Adoración”, “Guayaquil de mis Amores”, “Alma  en los labios “,”Esta pena mía”, “Romance de mi destino”, “El aguacate” ,”Sombras” ,entre las múltiples que se han realizado.
atte. Sully Mora

viernes, 5 de noviembre de 2010

EL MUNDO MODERNISTA DE ERNESTO NOBOA


Escrito por: María José Cevallos Castro



Hablar de modernismo, es hablar de una evolución en el sensible mundo de las letras. Específicamente se observa un cambio en la poesía. Se hizo presente un lenguaje que nos trae a la mente “renovación”; un estilo atractivo, fino y de carácter formal se estaba haciendo dueño de este género.
Asimismo, el modernismo en Latinoamérica apunta directamente hacia un personaje en particular, aquel que es considerado y visto como el precursor del mismo: Rubén Darío, quien marcó  un nuevo camino a lo que hasta aquel entonces se manifestaba en la poesía. De hecho son algunos otros nombres que claramente retumban al momento de hablar de modernismo, estos son: José Martí, Enrique Gómez Carrillo, Manuel  Gutiérrez Nájera, entre otros.
En cuanto al tiempo, esta se desarrolla entre un período cronológico que va desde el siglo XIX hasta las dos primeras décadas del siglo XX y nace a raíz del declive del romanticismo.
En Ecuador, históricamente hablando, este movimiento se despliega sobre un peculiar terreno, este mismo yacía inestable. La arena movediza que era provocada por la lucha casi interminable entre conservadores – liberales y la I Guerra Mundial (“a finales del modernismo”) se dibujaban con un gris tono donde nadie estaba excepto de percibir. Estos hechos sociales, esta espesa atmósfera agonizante impulsaron a la poesía modernista, en parte. Sobre otra perspectiva, en el ámbito de la literatura, los poetas fielmente recibieron una importante influencia modernista que venia de un eminente escritor como fue Rubén Darío y de poetas europeos.  Este movimiento dio apertura a una nueva forma de mostrar la poesía, esa evolución del lenguaje y de lo estético en si.
Una asombrosa manifestación literaria empezaba a dar sus pasos sobre los senderos de la expresión poética. Cuatro jóvenes poetas ecuatorianos como son Medardo Ángel Silva, Arturo Borja, Humberto Fierro y Ernesto Noboa, a quienes se los denomino con el nombre de “Generación Decapitada” reflejaron su mundo a través de inquietantes y misteriosas líneas que daban a conocer su interior con profunda inclinación por lo melancólico.
En esta ocasión hablaremos sobre el mundo que se oculto detrás de la poesía del autor Ernesto Noboa.
Hacia 1891, sus ojos parpadeaban por primera vez sobre lo que se convertía en su ciudad natal, la majestuosa Guayaquil. Conforme los años pasaban este futuro poeta olía  la fragancia singular que dispersaba la poesía. Fue en Quito donde empezó a distinguir ese innato amor por la poesía.
Sin embargo, la esencia de su obra se ve muy ligada con su viaje por Europa. Paris traería nuevas inspiraciones a ese escondido mundo que solo con las manos de su alma estaba dispuesto a transportarlas con penetrantes versos sobre papel.
Sus versos sustancialmente se componen bajo la sombra de la porfiada melancolía, que  seguía presente en sus obras. Pero qué puede ser de un poema sino tiene  esa melancolía que nos muda a nuestra parte más sensible?
Baudelaire, Samain, Verlaine entre otros, fueron el eco en su mente que influenciaron sus obras. Aquellas expresiones poéticas y actitudes fueron absorbidas por Ernesto. Hay que mencionar que acontecimientos muy cercanos a su realidad (como la muerte de su madre) lo llevaron irrefutablemente a plasmar su tristeza una vez más, sobre un sentido poema denominado “El Dolor de la Ausencia”
La muerte, angustia, desolación y ese fastidio un tanto por la vida se convertían en fervientes guardianes que  cuidaban a las puertas de sus versos. Las siguientes líneas fácilmente nos dejan ver su interior, ese espíritu que afanoso estaba por dejar este mundo.

“Y sueña ante los reflejos del rubio astro vagabundo:
¡partir al fin! . . . lejos, lejos de este mundo!
Olvidado de amarguras y terrenales ternuras, ya no sentir ni
pensar, ¡tener dos alas oscuras y volar! ”

El escritor  hace notar ese anhelo de escapar de una realidad que para él no significaba el buen existir. La amarga atmósfera creaba un ambiente de insatisfacción haciendo que su pluma escriba los sueños que parecían no cumplirse. Emoción Vesperal, relata la codicia que este sentía por abandono de realidad, aunque entre líneas deja saber que por más remotos que sean estas huidas, la sombra de las penas y las condenas del alma siempre estarán allí.

Hay tardes en las que uno desearía embarcarse y partir
sin rumbo cierto y, silenciosamente, de algún puerto irse
alejando mientras muere el día.
Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.
Aunque uno sepa que hasta los remotos confines de los
piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,
Y que, al desvanecerse el espejismo, desde las glaucas
ondas del abismo, le tentarán las últimas sirenas.

Otra peculiaridad de su poesía es que denota esa sensación de inmiscuirse en aquella naturaleza que solo su alma soñaba. La añoranza por el tiempo ya transcurrido era evidente. Los susurros del pasado son inmóviles estatuas en el tiempo, pero ingeniosamente, estas eran atraídas con los imanes del pensamiento. Mientras tanto el presente se penetraba desolada ante la mirada de Ernesto.

Lloramos por todo lo que nunca ha sido y que pudo ser,
por lo que ya es ido
y no ha de volver;
ensueño vencido,
camino perdido.

Lentas y angustiosas mañanas sombrías.
Grises nubarrones
como procesiones
de antiguos recuerdos y melancolías que van perfilando
el camino incierto de las lejanías.

Muchos libros de literatura ecuatoriana manifiestan que la muerte de este autor se debió principalmente por su “adicción a la morfina”. A lo mejor esta inclinación por la morfina responde a la desesperación que llevaba dentro por evadir totalmente la realidad, el presente.
Ernesto Noboa figuró como el poeta más cabal de la Generación Decapitada, de igual forma su imagen fue sinónimo del verdadero modernismo en Ecuador y un sublime representante de la misma. Sus idóneas obras lo hicieron galardonador de tan merecida afirmación. Su poesía está escrita en perfección y elegancia. Hasta nuestros días ha llegado el testimonio de sus silenciosos anhelos, de su repetida hipocondría que más y más se hizo presente en su inmortal poesía.
La sangre de este poeta sigue fresca aún!

CALLE NUMA POMPILIO LLONA, CUNA DE ARTISTAS Y ENCANTO COLONIAL

 Por: Adriana L. Bernal


Estrecha y con una mezcla perfecta de lo colonial y lo actual así podríamos describir a una de las calles más antiguas de Guayaquil: la calle Numa Pompilio Llona que Situada en el Barrio las Peñas, debe su nombre al ilustre y notable poeta guayaquileño de la época del romanticismo.
Con tan solo dar unos cuantos pasos; Guayaquil se transforma ante nosotros, transportándonos en el tiempo,  mas de cien años atrás, dejándonos  ver su bella arquitectura colonial. Las casas que se despliegan sinuosamente  conservan ese estilo de los siglos 18 y 19; y en vez del asfalto, el piso da lugar a un empedrado que nos remonta aun mas a aquella época donde la historia de nuestra ciudad se va forjando de a poco.
Pintores, intelectuales, escritores han dado vida a sus obras en aquel sector con un ambiente tranquilo y acogedor, tal como ha sido el caso de los personajes ilustres que han vivido en  la calle número uno del Barrio las Peñas, como era conocida antes: el músico Antonio Neumane, el escritor Enrique Gil Gilbert, el pintor Manuel Rendón Seminario han encontrado en este lugar su inspiración.
Sin duda no hay mejor lugar en Guayaquil que esta calle dedicada al arte para dar rienda suelta a la imaginación. Hoy en día, basta con recorrerla unos cuantos centímetros para observar a nuestro paso como las ideas de muchos se han transformado en cuadros magníficos que se exhiben ya sea a locales o extranjeros. Y es que el encanto de esta calle no se limita tan solo a su preciosa arquitectura: lienzos, oleos, brochas y caballetes son parte de su decoración.
Desde hace cuarenta años, exposiciones de artes plásticas han sido lo característico de la Numa Pompilio Llona. Luis hidalgo Vaquerizo y Eloy Avilés Alfaro fueron los que inculcaron esta costumbre mostrando a jóvenes cuadros de famosos pintores como Rembrandt, Renault; además de obras realizadas por la escuela quiteña cada día 24 del mes de julio.
Durante el día, es cotidiano percibir aquel aroma de las pinturas al secarse; Ver como paisajes, cestos de frutas y escenas del común vivir son retratados.
Federico Gozenbach saca sus obras al patio de su casa, mostrándolas al público que ronda por la calle a cualquier hora. A través de las rejas, es imposible no quedar maravillado por las imágenes abstractas que esconden mensajes religiosos. Al bajar los pequeños peldaños que conducen a su patio, simplemente todo encaja al observar cada pincelada en el lienzo.
Mas allá, la casa del artista plástico abre sus puertas para develar lo que sus pupilos crean al compás del pincel. En la mañana y tarde los visitantes pueden deleitarse con la diversidad de temática en los cuadros expuestos. La tranquilidad sumerge este lugar con un silencio exquisito que abre paso a la reflexión de lo figurativo y abstracto.
Es simplemente otro mundo, que se despliega sin temor ante nuestra mirada, el lado sensible de nuestra Perla del Pacífico. Un mundo que abre sus fronteras a niños, jóvenes y adultos que quieran regresar al Guayaquil en blanco y negro tal como en los libros de historia y disfrutar a su vez de ver un mundo de colores combinados plasmado en tela.
Numa Pompilio Llona es siempre y será cuna de artistas, cuna de historias detrás de cada pared colonial y un rincón de donde la inspiración emerge como un delicado manantial.