viernes, 19 de noviembre de 2010

INCENDIOS Y PESTES DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL

Katherine Tello R.

Los incendios en Guayaquil fueron tantos y tan continuos en ciertas épocas de la
Colonia, entre los más terribles, dejando constancia de sus secuelas y las consecuencias que de ellos registra nuestra historia.
A continuación se menciona algunas de las fechas en la que pasaron estos acontecimientos.

1583: Se pierde la mayor cantidad de casas.

1592: Fue muy grande aun cuando se ignora el número de casas quemadas.

1620: Se incendiaron 84 casas.

1624: Es atacada e incendiada por el pirata Jacques L´Heremite Clerk.
1632: Arden más de 100 casas, se pierden las mejores construidas hasta ese
entonces (este incendio acaba el Guayaquil de la punta del Cerro Santa Ana).
Milagrosamente se salva parte del archivo municipal.

1636: Se quema lo poco que quedaba en pie incluyendo el hospital San Juan de Dios.

1678: Se quema todo el barrio de las Peñas y otra vez el templo de San Francisco.

1687: Los corsarios invaden Guayaquil y sin querer la incendian, al prenderse fuego en una barraca que ocupaban.

1693: Se incendian 40 casas, lo que hace decidir a muchos vecinos su traslado a ciudad nueva.

1707: Primer voraz incendio en Ciudad Nueva; se quemaron 130 casas y varias tiendas.

1764: Se quemaron 200 casas principales, quedando sin hogar la octava parte de la población, para solo tres meses después, (el 10 de noviembre) incendiarse las 151 casas que conformaban el núcleo más importante de la ciudad.
Vale la pena recordar que Guayaquil hasta1693 era una pequeña población que cubría
los cerros Santa Ana y el Carmen y que no va más allá de la calle Loja, para percibir
con claridad los brutales estragos que causaría cada incendio de los que aquí se
nombrarán hasta el año mencionado.
Este gigantesco incendio, conocido como "El Fuego Grande" generó un gran éxodo, al
punto que casi desplomó la ciudad (sólo quedaron algo más de 4,000 habitantes). La
pobreza en que quedó sumida la ciudad tardó mucho en superarse.

1804: Se quemaron cuatro manzanas y el Hospital San Juan de Dios.

1812: Tres manzanas con valiosos edificios.
Las enfermedades y las epidemias fueron parte de los azotes que esta ciudad tuvo que
soportar desde su más temprana edad. Al igual que con los incendios, las fechas más
desastrosas de la historia guayaquileña, en lo que guarda relación con las enfermedades que la afectaron, fueron:

En 1564 llegó Don Hernando Santillán y le tocó observar el desolador cuadro de
los enfermos de (sífilis) que se amontonaban para entrar en el Guayas
debido a que se le atribuían a sus aguas, extraños poderes medicinales (según
dicen, por la abundancia de raíces de zarzaparrilla). Esto generó la fundación por
parte de Santillán, del primer hospital de la naciente Audiencia: "El Hospital de
Santa Catalina".

En 1589 la viruela mata a las tres cuartas partes de la población. En 1667 es afectada la ciudad por una terrible epidemia que la diezmó considerablemente.

En 1709 una epidemia de fiebre amarrilla brota en la ciudad, contagiando a los
piratas de la expedición de Rogers, quienes habían coincidido en invadir
Guayaquil para esos días.

En 1740 aparece la fiebre amarrilla, o mal de Siam.

En 1786 la peste de la viruela (en este caso fue el sarampión), azota a la ciudad

Aún hoy, hay personas que afirman que aquellos incendios fueron provocados por centralistas Quiteños temerosos de una eventual independencia o autonomía Guayaquileña en plena revolución "liberal" Alfarista, celosos del poder que tenía Guayaquil (logrado gracias a su esfuerzo y trabajo constante), muchos afirman que las intenciones de estos incendios provocados fue despojar a Guayaquil de sus bancos, empresas y comercios para alejarlo así de su ETERNA condición de "capital económica del Ecuador" (muchísimas haciendas y sembríos de cacao sufrieron también "misteriosos" incendios), además amedrentarnos y principalmente: "Quitarle la principal fuente de ingresos a Eloy Alfaro cuya revolución era liberal y contraria a las facciones conservadoras ultra centralistas Quiteñas, revolución que estaba enteramente solventada y auspiciada por las familias cacaoteras mas ricas y poderosas de Guayaquil, poseedoras de un firme ideal comercial de libre mercado" (una pequeña idea de lo que fueron las verdaderas intenciones de la revolución Alfarista, intenciones descubiertas y aparentemente reprimidas brutalmente).

Según una de las hipótesis de la época (la más suave), los anteriores incendios, desde 1893, tenían como objetivos principales los comercios y centros bancarios (una especie de contrarrevolución conservadora), pero el provocado en 1896 fue un simple e inocente atentado (puesto que Alfaro ya era presidente), para alejarlo de Guayaquil donde era demasiado fuerte y someterlo al control centralista en Quito, "solo pretendían quemar la casa cercana a la Gobernación y otras casas más para asustarlos y todo era por el bien del Ecuador", pero no contaban los centralistas con su enorme, fabulosa y reconocida estupidez, ni con la dirección del viento pero el resultado fue: "EL GRAN INCENDIO", el incendio más grande en la historia de esta ciudad y del país, el que más pérdidas materiales y humanas causó y por el cual los centralistas no solo mantuvieron su condición de envidiosos y estúpidos, sino que además se ganaron la categoría de “Asesinos y Genocidas”-

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