viernes, 29 de octubre de 2010

LEYENDAS E HISTORIAS ECUATORIANAS

Katherine Tello Rodríguez

A través del tiempo las leyendas se han convertido en algo popular, en la que se  muestra un poco de costumbres y mitos de un pueblo. En su mayoría las leyendas Ecuatorianas tienen su origen desde la llegada de los españoles.
Las leyendas nacen de experiencias y anécdotas que son transmitidas de una persona a otra en la cual va dejando huellas y muchas veces convertida en una historia real o ficticia.
Estas historias o leyendas del Ecuador se han mantenido vivas de generación en generación sobreviviendo al pasar el tiempo. Las leyendas abarcan elementos reales a más de ser místicos y por demás fantásticos.
Las mejores leyendas de la región Costa, Sierra, Oriente y Galápagos escritas o narradas en un breve relato.
COSTA:
“EL DIABLO”

En si el diablo tiene algunos nombres de las cuales se le conoce como tin tin, duende, el malo. Cuenta la leyenda que este ser extraño llamado “tin tin” suele aparecer en lugares apartados, sólidos en horas de la noche.
Este ser enamora a las mujeres o las viola, y en algunos casos las deja embarazada a veces, engendran y dan a luz niños anormales, mitad animales, mitad hombres.
En la península de Santa Elena, una señora de nombre Julia cuenta que vio al diablo, montado en un caballo negro con un sombrero grande y una capa No se le veía bien la cara porque el sombrero se la tapaba. “Un día el diablo casi se lleva a mi primer marido. Estaba yo desgranando maíz y como estaba muy cansada me tumbe en la cama; era el día siete de febrero. De pronto oí a mi marido que me llamaba. Cuando me volví para mirarlo, dos llamas se lo estaban llevando, pero cuando el diablo me vio a mí, desapareció”
Esta es una leyenda muy típica de la Costa de la zona montubia. Donde era la época en que las mujeres no salían a la calle y se comentaban dichas historias en la cual decían que era obra del diablo.
SIERRA:
“LAGUNA DE YAMBO”

Esta leyenda es muy conocida sobre esta laguna, se encuentra ubicado a media hora de Salcedo, en la provincia de Cotopaxi.

La leyenda tiene un misterio y enigma: La Laguna de Yambo, se dice que un tren con decenas de almas en pena sale a la media noche y pita tan fuerte que todos suelen escuchar.
En la época del ferrocarril es donde nace la historia de que la locomotora aparece a la medianoche pitando con insistencia.                                                                                                                                           
Los habitantes cuentan que cierto día los vagones se salieron de los rieles y el tren se volcó.
Dos de los vagones que iban repletos de pasajeros dieron varias vueltas de campana y al final fueron a parar al fondo de la laguna. 

Los cuerpos de las víctimas nunca fueron encontrados, al igual que los restos de los vagones. Desde ese día hasta la actualidad, muchos dicen escuchar el pito del tren y los gritos de las personas desesperadas que piden auxilio para no morir.
ORIENTE:
“EL MISTERIO DE LA BOCANA DEL RIO MISAHUALLI”

En el oriente ecuatoriano en las aguas de la bocana del rio Misahualli en la selva, un hombre blanco que se dedicaba a la explotación del árbol de caucho en la cuenca del rio Aguarico.
Al pasar los meses llego un señor con su hija al mismo lugar donde causo sensación en el corazón del cauchero, se enamoraron y como vivían en plena selva y ante la ausencia de una autoridad que legalizara la relación de la pareja, ésta decidió unir sus cuerpos y sus destinos a la sombra de los frondosos y florecidos árboles de guaba. Pero como el amor no produce para vivir, el cauchero tuvo que viajar una vez más al Aguarico para recoger la balata recolectada por sus trabajadores y llevarla a los mercados de Iquitos. 
La bella chica con el recuerdo de su amado en la hermosa sonrisa de sus labios, recorría la extensa playa solitaria ésta era una costumbre que le había impuesto el amor. Mas el tiempo pasaba inmisericorde y al final de su paso el cauchero jamás volvió. 

Esta bellísima mujer presa de una indescriptible pena, desapareció un día como si se la hubiera tragado la tierra. Sus familiares y amigos la buscaron afanosamente, pero todo fue en vano; las lágrimas y el tiempo, fueron borrando el dolor de su ausencia. 

Al pasar los años, una mañana brumosa y fría, unos indígenas que pescaban por el sector, vieron a una hermosísima mujer parada en la piedra grande de la margen izquierda del río; se acercaron a ella y cuando le preguntaron donde vivía solo señaló el agua, y lanzándose al torrente sin salpicar una gota ni producir una onda en la superficie se sumergió. 

Los ancianos al escuchar lo ocurrido, aseguraron que la dama era el espíritu de aquella mujer que desapareció sin dejar rastros. 

En esa enorme piedra rojiza de estructura volcánica asentada en el recodo del río Misahuallí, se escucha con frecuencia en las mañanas, una dulce voz de mujer que canta a su amor perdido. Algunas veces ella se aparece a los que pescan en el río, pero quien acude al lugar con intención expresa de encontrarse con ella, nunca logran su objetivo.
GALAPAGOS:
“CEMENTERIO DE SAN CRISTOBAL”

Cuenta la historia que hace años un personaje de piel roja y contextura gigantesca y como los habitantes de la isla estaban acostumbrados a la presencia de extranjeros en ese lugar no le dieron importancia.
Este hombre tenía una cabellera larga que le daba por los hombros semidesnudos, una barba larga que le cubría casi todo el pecho, ojos azules y encendidos que daba la impresión de algún extraviado personaje de un reino.
El señor era un gran misterio en esta isla porque prácticamente estaba aislado de las personas y se dedicaba hacer excavaciones para enterrar cosas que nadie supo.
A la final murió este personaje y se dice que en este lugar hay ¡Un tesoro escondido! que este señor había escondido.
Hasta la vez se realizan las excavaciones en este lugar pero no han hallado nada, las personas que conocen esta historia.
                     

LA BALSA, los viajes de Guayaquil a la Polinesia

Un hecho muy importante para nosotros es remarcar la navegación que hicieron nuestros aborígenes.
Muchos investigadores han querido demostrar de donde vino el hombre, haciéndose las preguntas ¿El hombre vino de Oceanía?  ¿La raza polinesia desciende de los antiguos indios del Ecuador o del Perú?, se puede comprobar que es más fácil viajar de América a Oceanía que de lo contrario; así como también podemos decir que nuestros aborígenes pudieron hacerlo. Tal cual lo demostró la cultura Manteño-Guancavilca.
Anteriormente ya se hizo una travesía, a finales de Abril de 1947, por intrépidos marinos noruegos, que salieron del puerto de El Callao, con una balsa llamada Kon-Tiki (Rey Sol).Después de 101 días de aventureras navegaciones, llegaron a una isla llamada Raroi Coral situada entre Haiti y el archipiélago de Australia. La odisea fue también imitada por Williams Willis que pudo llegar a la isla de Samoa.
Después de más de 30 años, el viaje desde Guayaquil a la Polinesia, por Vital Alsar es sin duda la mayor de las travesías. A finales de Mayo de 1970, ¨La Balsa¨: Una almadia que de acuerdo a los cronistas de la época de la conquista estaba fabricada con siete maderos de balsa recogidas en la Isla Santay; de 15 metros de longitud por uno de diámetro en forma de una delta y unidos con amarras vegetales, sin clavos, ni otro metal en toda su estructura; daba vida a los modelos de embarcación de la cultura Manteno-Guancavilca.
En el centro de la embarcación se construyó una caseta forrada de estera y un mástil; se izó una vela en su parte central que tenía dibujada una letra D, cuyo significado era ”Dios nos guíe”, creada por el pintor Salvador Dalí.
Según nos relata Navas Jiménez Mario en su libro Historia Geográfica y Cívica:
El jefe de la expedición era un español natural de Santander, de rostro grave, audaz, aventurero y valiente: Vital Alsar (33 años), hombre de la raza de Solís, Magallanes, Elcano, Vespucio, del temple de Pizarro y Hernán Cortés, etc., iban además, el oceanógrafo francés Marco Modena (46 años) quien en 1963, en cinco meses y en un bote de remos cruzó las aguas del Atlántico desde Canadá a costas de Irlanda; el geólogo chileno Gabriel Salas (26 años) y el Ingeniero francés Norman Tetrault (25 años)”
El motivo principal era demostrar que el hombre primitivo de nuestro Patria, de la raza Manteño-Guancavilca que habito la región actual de las provincias de Guayas y Manabí al sur y centro del litoral ecuatoriano, sea noticia a nivel mundial, al poder demostrar que ellos pudieron hacer constantes viajes marítimos hace aproximadamente tres o cuatro mil años, además de poder cruzar  lo que ahora es Guayaquil propiamente dicho hasta las ciertas islas coralinas de Oceanía.
Los ojos del mundo estaban puestos en la ubicación del país desde donde había partido la embarcación, situado a los 83° de Longitud oeste;  justo en el eje de la corriente fría de Humboldt. Quien dio autorización del zarpe fue el Presidente de la República Dr. Velasco Ibarra. Hubo pesimismo, por el intento fracasado de una embarcación anterior llamada “La Pacífica”, que también zarpó de Guayaquil, capitaneada por Jaime Landázuri y Vital Alsar.
Pese a todo, los tripulantes de la “La Balsa”; salieron triunfantes, después de 159 días en el Océano Pacífico, desafiando toda clase de peligros que conlleva navegar en circunstancias precarias por el mar.
A principios de noviembre, ancló en la bahía local el amarillo, azul y rojo: la bandera tricolor de la nación ecuatoriana. Había alcanzado la meta después de haber recorrido cerca de siete mil millas marinas, desde Guayaquil (Ecuador) a Moololabah(Australia).
Una vez más el capital Vital Alsar, demostró que nuestros aborígenes podían haber llegado a la Polinesia;  realizando el mismo recorrido desde Guayaquil hacia las islas coralinas de Oceanía. Zarpando el 27 de mayo y llegando el 21 de noviembre de 1973, en tres balsas llamadas “Aztlán”, “Moololabah” y ”Huancavilca”; con doce tripulantes procedentes de Ecuador, Chile, México, España, Canadá, Estados Unidos y Francia, quienes navegarían 13.700 km, por el Océano Pacífico, alcanzaron el objetivo principal, aunque en condiciones deplorables.















Por: Darwin Salas V.  

viernes, 22 de octubre de 2010

INGAPIRCA, El legado de una cultura incipiente…

Los vestigios aborígenes del Ecuador nos hablan de antiguas civilizaciones que habitaron el territorio y nos legaron su cultura, marcando así una historia que será contada de generación en generación y este es el caso de Ingapirca.
Este importante Centro histórico se encuentra ubicado en la provincia del Cañar a 3.120 msnm, y a 80 km de la ciudad de Cuenca.  Ingapirca es una palabra quichua que significa “Muro del Incanombre que fue dado por los españoles. Se encuentra dividido en tres piezas o departamentos y es considerado un observatorio del sol y la luna. Esta Fortaleza arquitectónica auténticamente incásica es una de las más grandes y trascendentales  edificaciones de la historia del Ecuador  que fue conocida a mediados del siglo XVIII.
Al contemplar cada parte de esta obra arquitectónica despierta mucho interés por aquella cultura ancestral que evidentemente fue fusionada con otra muy inteligente,  Cañarí-Inca, aunque no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron los motivos reales  de su construcción, pero basándose en las hipótesis de muchos historiadores y arqueólogos que relatan que Ingapirca fue construido bajo las órdenes de Huayna-Capac como un centro de adoración a sus dioses astrales como la luna y el sol, aunque también se dice que se la construyó para llevar a cabo labores agrícolas esto nos demuestra de la magnificencia que gozaba en tiempos del Incario

Información de las Ruinas de Ingapirca

Según las evidencias encontradas en el complejo, todas las edificaciones tuvieron paredes de piedra cortada, completadas en su parte alta con adobe; su techumbre a dos aguas con una fuerte caída, tenían una estructura de madera, carrizo, amarrados con cabuya y su cubierta con paja de páramo. Las ruinas de Ingapirca fueron un importante centro religioso, político, científico, militar y administrativo  y está conformado por un cementerio, observatorios solares, un templo, depósitos, aposentos de sacerdotes,  una plaza ceremonial y calles empedradas.
En el complejo se pueden apreciar las distintas unidades arquitectónicas, entre las que se destaca el Templo del Sol conocido como El Castillo, está ubicado en lo alto de una colina, conformado por aposentos, patios, bodegas y baños tienen forma elíptica de 37 metros de largo y 12 de ancho, sirvió para la realización de ceremonias y rituales de la cultura Cañari-Inca. Además se pude observar el edificio más antiguo de Ingapirca, Pilaloma que está compuesto por una serie de habitaciones rectangulares.
Los Adoratorios Construidos por los Cañaris eran en honor a la Luna, su principal dios y es el centro del complejo arqueológico de Ingapirca. Su construcción es de forma elíptica y sus paredes tienen una elevación máxima de menos de cuatro metros. Tanto la puerta como las hornacinas ubicadas en las paredes, tienen forma trapezoidal, y los bloques de piedras talladas están yuxtapuestos sin necesidad de ningún tipo de amalgama. Los Aposentos  estaban acondicionados para los sacerdotes y sus ritos, en adoración al Sol y a Luna, uno de los muros posee una gran cantidad de hornacinas. En los Museos Arqueológicos  en su interior se puede observar  una maqueta explicativa de Ingapirca y una gran cantidad de cerámica perteneciente al periodo de integración. Las excavaciones realizadas en este sitio revelan presencia de las culturas Cañari e Inca. Además cuenta con una sala etnográfica donde se pueden encontrar elementos, como: utensilios, herramientas y vestimenta de los cañaris.

Problemática Actual de Ingapirca

Las ruinas de Ingapirca son unas de los principales patrimonios culturales arquitectónicos prehispánicos más importantes del Ecuador por sus características constructivas y de representación cultural del pueblo cañari.
Es visitada por  decenas de turistas, tanto nacionales como extranjeros todos los días, sin embargo, este atractivo turístico presenta serios daños que comprometen la integridad de sus construcciones y, por los  conflictos internos en la población se ha dificultado  encontrar una administración permanente y estable  que se haga cargo de su dirección.
El gobernador del Cañar, Rolando Ruilova, expresó que este  problema viene desde hace 20 años y en la actualidad ninguna institución lleva directamente la administración, la INPC está a cargo de ciertos gastos pero no de forma legal. Además existe la posibilidad de que el presidente de la República  decrete que  el INPC asuma la responsabilidad de forma temporal  hasta que la nueva Ley de Cultura sea aprobada.
Si se da   tal situación,  se podría invertir  500.000 dólares para la ejecución de obras de reparación del Complejo, dejando en claro que mientras que no se defina esta situación la  INPC no podrá  intervenir totalmente  encargándose solo de vigilar ciertos aspectos culturales.

By  Saray Briones Hidalgo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

JULIO JARAMILLO

Un cantante ecuatoriano. Conocido con los apodos de El Ruiseñor de América y Míster Juramento, Julio Jaramillo es considerado el mejor cantante ecuatoriano de todos los tiempos. Sus canciones, que hablan de amores y desencuentros, llegan profundamente en el público que se refleja. Muchos consideran a este cantante como uno de los símbolos de la identidad nacional. Sus melodías, entre las que cabe mencionar: De cigarro en cigarro, Alma mía, Interrogación, Odio en la sangre, Te odio y te quiero, Carnaval de la vida o Cuando llora mi guitarra, todavía se escuchan en las radios de Latinoamérica. 
El perdido a su padre cuando tenía  seis años de edad, su madre trabajó como enfermera para mantenerlo. Él fue muy enfermizo durante su infancia: padeció bronconeumonía, difteria, disentería, y hasta tuvo un principio de parálisis infantil. Creció escuchando al dúo Guayaquil, a Olimpo Cárdenas, a Carlos Rubira Infante y al dúo Villafuerte, artistas que marcaron una época en la música nacional y que influyeron en su vocación por el canto.
Pepe, su hermano mayor, y contra la voluntad de su madre, comenzó a cantar en casa del músico Toapanta. Realizó sus estudios en la Filantrópica y en una escuela fiscal, bajo la dirección del maestro Lauro Dávila, precisamente autor del pasillo Guayaquil de mis amores. Terminada la primaria, se empleó en una zapatería de calzado para mujer, y luego como barnizador de muebles.
A los diecisiete años ya era conocido por su hermosa y cálida voz, y participaba en programas de Radio Cóndor. En 1950 Él se  unió con dos amigos y se dieron a recorrer los pueblos de Esmeraldas y Manabí cantando en trío. En alguna oportunidad se vio obligado a volver a su oficio de zapatero para sobrevivir. A pesar de los reproches, castigos, lágrimas y ruegos de su madre, no fue capaz de dejar su vida bohemia y parrandera.
Con la grabación de su primer disco, Pobre mi madre querida (1954), en dúo con doña Fresia Saavedra, su nombre comenzó a ser conocido. A éste le siguieron el pasillo Esposa (1955), en dúo con Carlos Rubira Infante. El salto a la fama se dio en 1955 con su vals Fatalidad, que fue difundido por todas las radios del Ecuador y por las principales emisoras de otros países. La grabación de esta canción marcó el inicio de su carrera formal y de su reconocimiento. Su consagración internacional llegó con el pasillo Nuestro juramento (1957), momento en que realizó varias giras por América Latina: comenzó un peregrinaje por Ecuador, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay y Chile. Al regresar a su país, fue detenido y llevado a cumplir el servicio militar.
Vuelto a la vida civil en 1960, siguió con su carrera, alcanzando actuaciones de hasta cuatro meses consecutivos en el cine Guayas de Guayaquil, con lleno completo. Participó en la película Romance en Ecuador y en otra rodada en Argentina. En 1965 se radicó en Venezuela, desde donde realizó giras triunfales por México, Puerto Rico y toda América Central. Grabó en dúo con Daniel Santos, Alci Acosta y Olimpo Cárdenas.
Julio Jaramillo es una persona luchadora y fuerte a sus convicciones, la persona ideal a seguir por sus ideales y hasta llegar a cumplirlos, en la época que hizo una de las mejores canciones que tiene Guayaquil, como:” Guayaquil de mis amores” a transmitido a todos ese sentimiento profundo por la música y el pasillo, lo recordaremos siempre por la existencia de sus canciones muy románticas de aquella época, que se quedaran grabadas en nuestro corazones en el tiempo.


Sully Mora.