Para muchos un desconocido, para muchos un excentrico, para muchos tan solo un artista que con sus raros cuadros trataba de sobresalir en el mundo cosmopolita de la ciudad de guayaquil. Para otros un decadente, un aberrante que creaba un universo reflejante de toda su alma a traves de extranas figuras que daban rienda suelta a la imaginacion mas recondita situada en la mente de los expectantes.
Eduardo Sola Franco, pintor guayaquileno nacido en el ano de 1915, uno de los grandes del siglo xx nos deja un legado, una historia que nos traslada a una realidad oscura, tenebrosa, en muchos casos una realidad vista con los ojos de una verdad desnuda, una verdad que tan solo uno de sus cuadros puede exaltar de una unica forma.
Pintor, escultor, novelista, cuentista, autor de diarios, autobiografias y libretos, autor, actor y director de teatro, director artístico, balletista, coreógrafo; creador, director y guionista de cortometrajes, codirigió filmes comerciales en Europa, diseñó vestuarios, afiches y decorados, pero sobre todo fue un diletante genial del espíritu, un viajero incansable, un esteta cosmopolita y diferente, lleno de pasión y fantasía.
Esta es su trayectoria, y es que Sola Franco es un artista multifacetico que exploto aquel don maravilloso en el mundo de la creatvidad, en el mundo donde la imaginacion es lo dominante. La acuarela, el oleo, el lienzo, la escritura, el cine , la danza, formaron parte de sus herramientas, de sus armas diarias para vencer la monotonia de su diario vivir, de convertir lo simple en algo fastuoso, enriqueciendo importantes museos y galerías, así como colecciones privadas del mundo. Creador nato, todo lo que sus manos tocaban o aprisionaba ferozmente con su mente se transformaba en una pieza inigualable y exquisita en cada uno de sus centimetros. Fue un intelectual de nutrido lenguaje plástico e infinitos horizontes, que sabía al dedillo como manejar las ideas que se presentaban ante su ingenio infinito.
En sus retratos se encuentra una marcada diferencia en la forma de representar a hombres y mujeres . Los hombres se los encuentra en poses más desenfadadas y cómodas, muchas veces en ambientes abiertos como la playa; y las mujeres muy estilizadas, lucen como modelos aristocráticas, intocables, como imposibles de alcanzar. Esto arroja una interesante interpretación acerca de su sexualidad, tabú para su época, cuando la homosexualidad era vista como una enfermedad. A continuacion una breve opinion de Hernan Rodriguez Castelo sobre Franco:
““Hay en su pintura lo cezanniano, lo matissiano, lo fauve, superrrealismo, simbolismo, naturalismo. Acaso lo mejor sean sus series mitológicas -mitologías y desmitologizaciones propias- y, lo peor, por cierto realismo criollista que se resiente hasta de resabios academicistas y amaneramientos. En la pintura de la generación Solá es un marginal y un aberrante”
Eduardo Sola Franco el pintor mas cosmopolita del siglo XX.
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